EJE 1. FORMA, RITMO y TERRITORIO
 
¿Cómo están imbricados Ritmo y Forma en la elaboración del concepto de territorio?
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El territorio es susceptible de ordenarse política y espacialmente en función de las características naturales y de la capacidad de organización (también rítmica) de sus partes integrantes. En él, la idea de paisaje —como manera central de entender las relaciones ambientales entre lo biótico y lo inorgánico—, en la medida de que no se trata solamente de una simple realidad física, surge como una construcción social que permite desplegar las representaciones que hacemos de ella. Atravesado por el universo de los procesos perceptivos, un territorio nos exige nuevas interpretaciones y maneras de representarlo: los paisajes resultantes no serán exclusivamente visuales, sino también sonoros o táctiles (por considerar los más evidentes). Además, no solamente se desplegarán como si fuesen capturas instantáneas, sino a través de la lectura de complejos procesos rítmicos, dinámicos. Y sobre todo, en los tiempos que corren, no únicamente a través de la dominatrix algorítmica, sino mediante una comprensión cabal de la tradición analógica que nutre nuestra disciplina.